Técnicas de estudio

¿Qué son las técnicas de estudio?

Las técnicas de estudio son un conjunto de estrategias y herramientas que hacen que el acto de estudiar sea más eficiente. Es decir, permiten estudiar más en menos tiempo. Son estrategias de estudio concretas, por ejemplo:

• El uso de subrayadores para resaltar información importante.
• La creación de esquemas y mapas conceptuales.
• El entrenamiento con simulacros de examen.
• Las reglas mnemotécnicas
• Etc.

¡Pero hay muchas más y vamos a explicártelas!

A todos nos ha pasado el ver que un compañero estudia lo mismo que nosotros en la mitad de tiempo y pensar: "¿Cómo lo hará?".

Pues te vamos a mostrar todos los secretos y trucos para que aproveches de verdad cada segundo que pases delante del libro. Pueden ser útiles tanto en primaria como en secundaria, ¡O incluso en la universidad!

Simplemente aplica los siguientes consejos y aprobarás tus exámenes con mayor facilidad:

1. Estate atento en clase y toma apuntes de calidad

Si estás atento en clase, aprenderás, y, por tanto, luego tendrás que estudiar menos. Así de simple y evidente.

Entendemos que es difícil estar horas y horas de clase prestando atención, pero, sobre todo, cuando se acercan los exámenes, tenemos que hacer un esfuerzo por mantener la atención.

Al fin y al cabo, si has estado atento, luego tendrás más tiempo libre, porque habrá cosas que ya sepas y no tengas que estudiar.

E, igualmente, estar atento en el aula no es solo entender lo que el profesor dice; también debes tomar apuntes de calidad. Porque cuando tomas apuntes activamente y de forma correcta, consigues dos cosas:

1. Luego te será más fácil estudiar de esos apuntes.
2. Al estar tomando apuntes estás atento, por lo que tomar apuntes es una buena forma de obligarte a prestar atención.

¿Y cómo tomar apuntes de calidad? Simplemente, intenta que sean visuales. Si haces un párrafo reescribiendo lo que dice el profesor, luego te será imposible estudiar de ahí.

Pero si haces un mapa conceptual verás claramente la información importante y será fácil estudiarla.

2. Crea tu diccionario

Esta es una técnica de estudio muy efectiva y casi siempre recomendable. La idea es crear un diccionario en la parte final de un cuaderno de una asignatura, y escribir en él significados de palabras o conceptos que no conozcamos.

Por ejemplo, si en lengua nos enseñan qué es una perífrasis verbal, un sintagma verbal o un epíteto, nosotros pondremos esas palabras al final del cuaderno junto a su significado.

Esto es algo que hay que ir haciendo durante el curso y en clase; así, cuando llegue el momento de estudiar para el examen, tendremos todas las palabras cuyo significado no conocemos en un lugar claro y accesible para aprender.

Y, recuerda, este consejo se puede aplicar a casi cualquier materia educativa. Por ejemplo, en matemáticas, si estamos aprendiendo el tema de la probabilidad, podemos hacer un “diccionario” en el que pongamos cada fórmula que tengamos que aprender.

3. Organiza tu estudio

Esto es vital. Los verdaderos buenos estudiantes son siempre organizados. Y organizarse, a veces, puede dar pereza, pero merece la pena muchísimo y no es difícil.

Lo primero que recomendamos para organizarte es que uses una agenda. Y usar la agenda no es tenerla en la mesa ocupando espacio, sino que tienes que usarla cada día para apuntar tareas y organizarte.

Imagínate que tienes que entregar un trabajo dentro de un mes. Es probable que pienses: “¡Tengo muchísimo tiempo, ya lo haré!” Pero eso puede ser un error.

Si esta semana estás libre, hazlo ahora, porque tal vez más tarde estés ocupado y entregues ese trabajo en el último momento y mal.

De la misma manera, intenta llevar los exámenes al día. No hace falta que estudies todos los días, pero tampoco dejes todo el contenido de una materia para la última semana.

E, igualmente, imagínate que es miércoles y tienes 3 exámenes la próxima semana: el lunes, lengua, el miércoles, matemáticas, y, el viernes, economía. Si nos has hecho caso, ya habrás estudiado previamente y sabrás bastante contenido de cada asignatura.

Por lo que te hará falta dar un último estudio a cada asignatura para presentarte al examen. Intenta planificar ese último esfuerzo mediante tu agenda. Podrías hacerlo así:

Semana 1:

Semana 2:

Es simple: no hemos puesto cuántas horas vamos a dedicar cada día a cada asignatura, sino que simplemente hemos puesto qué vamos a hacer a la mañana y a la tarde de cada día.

Y es que creemos que una planificación abierta es más efectiva. Luego, igual estudias una tarde 3 horas y otras 30 minutos, pero con esta planificación ya tienes un esquema de qué estudiar cada día.

Adáptala a tus necesidades: nosotros, por ejemplo, hemos decidido dedicar menos días al examen de economía porque se nos da mejor.

Hacer una planificación como esta no te costará más de 5 minutos, y te ayudará muchísimo para llevar los exámenes o trabajos al día.

4. Descansa

En el anterior punto te hemos dicho que planifiques tu estudio de forma programada y abierta. Pues este consejo tiene relación con eso: no estés grandes periodos de tiempo estudiando.

Estudiar es un acto que consume mucha energía y que, aunque no lo parezca, cansa muchísimo. Nuestra recomendación es que nunca estés más de 45 minutos seguidos estudiando.

Para ello, simplemente, cuando lleves ese tiempo estudiando, haz un pequeño descanso de 5 minutos. Esta técnica se llama Método Pomodoro, y es muy efectiva porque hace compagines momentos de máxima atención con momentos de relajación que actúan como premio.

Los tiempos de estudio y descanso los puedes adaptar a tus características, y si encuentras los intervalos de estudio y descanso que se adapten a ti, tu aprendizaje mejorará.

5. Tu lugar de estudio también importa

Hay mil formas de estudiar y cada uno estudia a su manera. Pero es recomendable que estudies siempre en un mismo lugar, y que ese lugar tenga pocas distracciones.

Por ejemplo, si estudias a veces en el sofá, otras en el autobús y otras en tu habitación, te costará más asimilar los contenidos... Lo ideal sería estudiar siempre en un mismo sitio.

Nosotros recomendamos que tengas una mesa limpia y ordenada en tu habitación, y que estés acostumbrado a estudiar siempre en ella.

¡Y quita de la mesa todo lo que no vayas a utilizar! Asimismo, si eres de las personas que se distraen con facilidad, intenta dejar el móvil en otro lado en el rato que vas a estar estudiando.

Y si aun así te cuesta mantener la atención en tu lugar de estudio, siempre te quedará la biblioteca 😉.

6. Empieza a estudiar por aquello que ya te sabes

Este hábito de estudio es muy simple, pero mucha gente no lo aplica. Siempre que estudiamos algo, ya hay cosas que nos sabemos de antes. A eso se le llama conocimiento previo.

Pues cuando empieces a estudiar un tema, empieza repasando todo eso que ya sabes. Así verás que no todo el tema es desconocido para ti, y sentirás que ya tienes cierta preparación para el examen.

Es, al fin y al cabo, algo muy sencillo, pero os prometemos que el ver que ya hay cosas que sabes hará que tu motivación por estudiar aumente.

7. Estudia activamente: haz resúmenes y mapas conceptuales

Imagínate que tienes que estudiar 25 hojas de pura teoría: o la trabajas de alguna manera o te será imposible.

Si te quedas delante del libro mirándolo e intentando aprender sin escribir nada, no aprenderás, ¡Y de nada servirá que uses cualquier método como el Pomodoro si te enfrentas a un texto puro y duro!

Por lo que nuestro consejo es que crees esquemas o mapas conceptuales. Así, además, estarás ocupado y mantendrás un alto nivel de concentración.

Y cuando un mapa conceptual se queda corto para la cantidad de teoría que tienes que estudiar (suele pasar, por ejemplo, en asignaturas como historia o derecho), te animamos a que hagas resúmenes de textos.

Nosotros mismos hemos hecho ya una guía que te va a enseñar a hacer resúmenes correctos de forma fácil.

8. Crea tarjetas de estudio

Este es uno de nuestros métodos favoritos para hacer que un tema se nos quede en la cabeza. Consiste en hacer una tarjeta que resuma un contenido teórico.

Por ejemplo, si tienes que estudiar “La revolución francesa”, haz una tarjeta en la que pongas el título del tema por un lado, y por el otro lado resume los contenidos de la revolución de forma esquemática.

Así, cuando tengas ya las tarjetas de unos cuantos temas listos, la idea es que veas hasta qué punto te los sabes. Para ello, escribe lo que sepas del tema en otra hoja, y compara lo que has escrito con lo que pusiste en la tarjeta.

Este es un método que exige trabajo, pero os aseguramos que es efectivo y que ya solo al hacer las tarjetas muchos contenidos se te quedarán en la cabeza.

9. Asocia los contenidos con tus gustos

Esta es, probablemente, nuestra técnica de estudio favorita. Sirve para recordar elementos. Consiste en asociar los contenidos educativos a algo que nos gusta.

A mí, por ejemplo, me encanta el fútbol, y, por eso, visualizo los contenidos que tengo que aprender como si fueran la alineación de un equipo.

Mirad, por ejemplo, cómo haría siguiendo esta técnica para aprender los famosos recursos estilísticos de la asignatura de lengua:

Si visualizo los contenidos dispuestos como si fueran una formación de fútbol, luego los recuerdo mejor, porque asocio cada contenido con su posición en el campo.

Y, de verdad: ¡Parece una tontería, pero esto es muy efectivo!

10. Usa reglas mnemotécnicas

Este método de estudio es muy útil también cuando tienes que aprenderte una lista de elementos. Por ejemplo, imagínate que tienes que aprenderte los planetas en orden:

1. Mercurio
2. Venus
3. Tierra
4. Marte
5. Júpiter
6. Saturno
7. Neptuno
8. Urano

Pues nuestro consejo es que cojas la primera parte de cada planeta y formes unas palabras con eso:

MerVeTiMa JuSaNeUra

Ahora, simplemente, repite esas palabras hasta que las recuerdes, y, con ellas, podrás escribir los planetas en orden.

Y si recordar esas palabras también se te hace difícil, forma una frase utilizando palabras que compartan la primera letra con cada planeta:

Mi Vieja Tía Marta Jamás Supo Untar Nada

11. Busca vídeos

Este es un consejo que muy poca gente recomienda y que nos parece obvio. Hay temas que en el libro de texto de clase resultan aburridísimos, y nos los podemos aprender mucho mejor mediante vídeos. Como ves, ¡Las nuevas tecnologías son amigas de los estudiantes!

Para ello, simplemente, busca lo que quieras en YouTube y presta atención. Hay un montón de vídeos muy buenos sobre contenidos educativos, y os aseguramos que este método funciona.

12. Haz simulacros de examen

Si haces un simulacro de examen puedes ver, más o menos, qué nota sacarás en el examen real. Si el profesor te proporciona simulacros, perfecto: hazlos. Y si no te los facilita, pídele a ver si tiene algún simulacro de examen. Así, demostrarás interés y, si te da un simulacro, te vendrá bien.

Por otra parte, si el profesor te dice que no tiene ningún simulacro de examen que pueda darte, tampoco hay problema: te recomendamos que crees uno tú mismo.

Para eso, piensa lo siguiente: ¿Si tú fueras el profesor, qué preguntarías en el examen? Y, simplemente, responde a esas preguntas que tú mismo has planteado y mira si has respondido de forma correcta o no.

13. Crea tu grupo de estudio

¿A que si tu Instagram no lo viera nadie subirías menos fotos? Pues con los estudios ocurre lo mismo. Rodéate de amigos que tengan motivación de estudiar y ellos te motivarán a ello, ¡Con amigos siempre todo es mejor!

Si tienes un pequeño grupo de amigos de clase que llevan al día los temas, probablemente querrán repasar juntos, y eso te ayudará a seguir el ritmo de estudio.

Además, cuando repasas un tema con alguien, esa persona podrá darte consejos, y de la propia interacción sobre el tema de estudio aprenderás muchísimo.

Y no solo eso: dentro del grupo de estudio podéis compartir material. Imaginad que sois 4 alumnos: pues cada alumno puede resumir un tema y pasarles el resumen a los demás.

Eso sí, para que luego aprendas de ese resumen, recuerda que tendrás que reescribirlo y trabajar con él.

14. Repasa siempre

Repasar es vital absolutamente siempre. Si estudiamos un tema y no lo repasamos, es muy posible que vayamos olvidando partes del tema poco a poco. Y eso se evita mediante el repaso.

En nuestra opinión, hay que hacer siempre mínimo dos repasos: uno el día anterior al examen y otro muy corto en el mismo día del examen. De esa manera conseguirás consolidar esos conocimientos, y no se te olvidará nada de cara al examen.

Y repasar no es ponerte delante del libro y ver qué tal te lo sabes, sino que es, por ejemplo, elegir un tema, escribir en una hoja todo lo que sabes sobre él, y comparar lo escrito con el tema base.

15. Cuida tu motivación

La motivación es necesaria para hacer absolutamente cualquier cosa en la vida. Tal vez estudiar no te guste ¿Pero a que puedes estar horas y horas haciendo algo que te guste como jugar a videojuegos, ver vídeos o hacer deporte?

Precisamente por eso estar motivado para estudiar es vital, porque le pondrás más ganas y te irá mejor.

Para motivarte estudiando, piensa: ¿Para qué estudio? Probablemente estés estudiando para, en el futuro, tener un buen trabajo. Entonces, visualiza ese trabajo que quieres tener y entiende que estudiar es necesario para alcanzar esa meta.